sábado, 31 de mayo de 2008

Revelaciones de la Carne

2da. Visión del Profeta Solteremías

En el año undécimo del reinado de Fulgencio, diácono de la iglesia Las Siete Vacas Gordas, estando yo en una espaguetada, con los jóvenes de mi congregación, vino a mí palabra de mi propia emoción, diciendo: Haz una lista de todas las siervas solteras de la iglesia, luego escribe cada nombre en pedazos de papel y dóblalos, y luego introdúcelos en una funda plástica y luego entra tu mano en la funda y saca uno de los papelitos, y el nombre de la sierva que salga, será la doncella a la cual vas a enamorar. Y cuando hube confirmado que ya no quedaba más espaguetis en el caldero, ni iban a hacer más brindis, me fui para mi casa y luego hice lo que me había dicho mi emoción. El nombre que salió fue Julia, una sierva que no sale de una vigilia ni de un retiro. Y decidí mejor sacar otro papelito y el nombre que salió fue Casimira, una doncella que anda evangelizando todos los días. Entonces decidí sacar otro papelito, porque dice: La tercera es la vencida. Y el tercer papelito tenía el nombre de Rachell, la hija del hermano Gonzalo, dueño de las Empresas Sirofenicias S. A. el cual tiene una casa de campo en Jarabacoa, un yate, dos carros Mercedes Benz, y todos los años la familia completa viaja a Europa de vacaciones. Luego de este profundo análisis, no me quedó dudas de que ella era la doncella a la cual tenía que enamorar. Estaba tan emocionado que llegué a la conclusión de que teníamos varias cosas en común. Ella es pobre en problemas y yo pobre en posesiones. Ella es rica en posesiones y yo rico en problemas. Ella es de bella apariencia y yo de bella personalidad. Cuando fui a visitarla, lleno de emoción, le regalé una flor que tomé del jardín de su casa cuando llegué. Mientras hablaba con ella, la llamaron al celular, y le dijo a la persona en línea, que la llamara mas tarde que este momento estaba ocupada. En mi interior me dije: Voy bien, la sierva me está dando importancia. Cuando terminó de hablar me dijo que era su novio Felipe, que es pastor de jóvenes de la iglesia Los Cedros del Líbano. Entonces le dije que yo pensaba que ella estaba soltera, y me dijo que estaba orando y recientemente inició la relación. En ese mismo instante, sentí el deseo de regresar a mi casa, y así lo hice, y me despedí de Rachell. Y me marché muy triste, y a partir de ahí dejé de hacerle caso a la voz de mi emoción.

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